Road to TrailBisaura: 1/2 maratón Collserola
Hace años que vivo cerca del pulmón de Barcelona: la Serra de Collserola. He pasado en coche miles de veces por el túnel que la cruza o por la carretera que recorre sus laderas a través de Vallvidrera; he dormido horas y horas en los trenes de la Generalitat que unen Barcelona con la Universidad Autónoma de Barcelona (dónde estudié) y Sabadell y hasta alguna vez he recorrido algun tramo en bici, però nunca hasta ayer había corrido por sus caminos, por sus senderos, por sus subidas y bajas.
El Domingo 2 de octubre a las 8:30 estaba en la salida de la media maratón de Collserola, justo al lado del Velódromo de Barcelona. Una magnífica carrera organizada por la UEC Horta y en la que me siento cómo en casa (Horta es un barrio del norte de Barcelona en el que nació mi padre, donde vivían mis abuelos y bisabuelos y dónde crecí de pequeño, un pueblo dentro de una gran Ciudad). Es el último entreno serio de cara al gran reto del Trail de Bisaura dentro de 2 semanas (donde tocarà córrer 50km con más de 3.100m de desnivel positivo).
No he corrido nunca esta prueba así que no tengo referencias aunque viendo el perfil (800m de desnivell positivo) y que una buena parte de la carrera es en pista de tierra me hace pensar que serà una carrera rápida (luego descubriré que rapidísima). Los casi 400 participantes salimos a la hora en punto y ya en subida para cubrir el primer desnivel de más de 200 metros en poco más de 2km. Salgo delante para evitar que si se estrecha el camino (como así sucede) no quedar atrapado y tratar de córrer. Llego cansado después de este arranque explosivo y vertical pero entonces llegan casi 6 km de descenso a través de pista, muy rápidos y que ponen a prueba las lumbares. En este descenso me alcanza la que luego quedaria tercera en la categoria femenina y viendo que va a buen ritmo me uno a su grupo para seguir tirando. Sobre el km 9 llegamos casi a Sant Cugat, en concreto al pi d’en Xandri y nos metemos en un sendero estrecho y que va subiendo y bajando. El ritmo es rápido, poco más de 5’15» el km, aunque se que en breve llega la subida, quedan más de 400m de desnivell positivo todavía por recórrer.
Poco después del km 11 ya he perdido al grupo con el que corría (van a mejor ritmo) y empieza la subida fuerte, son 5,5km de subida constante y practicamente sin descanso que van a poner a prueba el entreno de las últimas semanas. Como siempre en estos casos mi mantra me dice que vaya de curva en curva sin pensar en todos los km sinó en los siguientes metros. No se trata de una subida tan fuerte que haya que hacerla andando ni tan rápida que se pueda córrer suelto, esa media montaña incómoda y constante. Finalmente llego al avituallamiento del km 17 de Sant Medir, 200metros más de subida y empiezan los últimos 3,5-4km hasta la meta en bajada y por pista la mayor parte. Y sale mi la do corredor de asfalto, aprieto los dientes y pienso… ¿puedo hacer menos de 2h en una 1/2 de montaña? Me lanzo en bajada a poco más de 4min el km adelantando corredores y viendo a lo lejos el velódromo donde esta la llegada. El último km es estrecho, con piedras y alguna raiz però decido apretar y apretar. Confieso que disfruto esos últimos km, tengo fuerzas y ganas.
Finalment llego a la meta adelantando al grupo que había perdido km antes y la cruzo en 2:00:18. Contento y satisfecho. Llego el 53 de casi 400 corredores. Después de un verano con menos entreno del planificado y con más excesos en comida de los planificados (que ya noté en la 1/2 maratón de Sabadell a inicios de septiembre), ahora llego con 6kg menos en mejor forma y motivado. Ahora toca recuperar y los últimos entrenos que en 15 días llega la prueba de verdad, una carrera que sus organitzadores recomiendo «sólo apta para locos«.
Todo sueño merece sacrificio: no pienso rendirme
El próximo 16 de noviembre correré la maratón de Valencia. Se trata de un sueño, de un reto que marqué en mi calendario hace ya algunos meses. Después de correr la maratón de Girona decidí que la siguiente sería una carrera 100% urbana (en la maratón de las vías verdes un % elevado se corre sobre terreno de arena compactada) y multitudinaria (en Girona fuimos poco más de 340 corredores) y decidí marcar en mi mente una marca objetivo (confesaré que la tengo desde que crucé la meta de Barcelona hace casi dos años). Fijé en mi interior el tratar de acercarme a la cifra mágica para muchos corredores de las 3h en los 42km 192metros. Poco podía imaginar lo duro, lo difícil y el sufrimiento que implica perseguir un sueño (si lo hago porque quiero, nadie me obliga).
Están siendo más de 4 meses, 16 semanas y unos 1.000km de entreno; entrenos básicamente con calor ya que ha tocado entrenar todo el verano; 6 sesiones semanales cada vez más exigentes, cada vez más duras, cada vez más al límite para mi cuerpo; sesiones cada vez más largas los fines de semana y sesiones de series cada vez más intensas (nunca había corrido sesiones de series de 8X1000 o de 4X2000 o de 3X3000 a los ritmos que lo hago ahora). Sesiones que cada vez cuesta más encajar con las horas que quiero estar con la familia, con las responsabilidades profesionales, con los viajes. Al fin y al cabo pequeños pasos en busca de un sueño
Hoy tenía una de las últimas pruebas para conocer mi estado y saber lo cerca o lejos que estoy de mi reto, hoy he corrido la media maratón del Mediterráneo en Castelldefels. 21.097km que tenía que correr en 4min el km para completarla en poco más de 1h24min30seg. Y ha sido una de esas carreras que te enseñan a sufrir, que te enseñan que nada es gratis y que nada es fácil. A las 9h de la mañana se daba la salida en el Canal Olímpico de Castelldefels en un trazado muy llano (con 3 pequeños repechos) . Desde el inicio he tratado de mantener el ritmo objetivo enganchado a un grupo con el mismo objetivo. Durante los 10 primeros km he conseguido mantenerlo incluso pasar por debajo de los 40min, a partir de ese punto nos hemos quedado muy pocos en el grupo (era el mismo circuito que para la carrera de 10km y muchos de los que venían en el grupo han acabado en esa distancia) y ha tocado tirar más de cabeza que de piernas, ha empezado el calor (hemos corrido con 23 grados) y como siempre mi amigo el flato que ha llegado esta vez en el km 15 de la prueba. Así que la segunda parte de la carrera se ha hecho más dura, me ha recordado que quizás todavía me falta para llegar a mi reto, que todavía quedan muchas horas de entreno. Los 3km finales de la carrera han resultado especialmente difíciles dado que se hacían ya dentro del canal olímpico en un circuito oval en el que en todo momento se puede ver la meta (o oír al speaker de la carrera), cosa que hace que mentalmente cueste mucho llegar. Finalmente he cruzado la meta en 1h25min 40seg, marcando 4’01” el km según mi reloj.
He acabado contento, la carrera ha sido dura, he vencido (de nuevo) al flato y a mi mente que me pedía parar, pero también he acabado entendiendo que estoy lejos de mi sueño, estoy lejos de mi reto.
Como corredor, igual que en muchas otras facetas de mi vida, me gusta soñar, me gusta marcarme retos, desafíos, pero no soy tonto, soy consciente que no son gratis, que merecen esfuerzo y sacrificio, merecen dedicación y empeño. Faltan 4 semanas para Valencia, faltan 24 sesiones de entreno con sus tiradas largas, sus cambios de ritmos, sus odiosas series; faltan 24 sesiones que tocará encajar en la agenda como pueda (por la mañana a primera hora, haciendo equilibrios al mediodía o acompañado de la luna por la noche; en Sabadell, Sant Cugat o en Madrid donde tocará pasar muchos días); pero no pienso rendirme, no pienso desfallecer, no pienso perder mi sueño.
El 16 de noviembre a las 9h estaré en la línea de salida de Valencia para tratar de conseguir un sueño, para perseguir un reto y seguro que lo consiga o no habré luchado por él.
1/2 Maratón Granollers 2014: recompensa al esfuerzo
Siempre que estoy en la línea de salida de una carrera me tiemblan las piernas, los nervios hacen que me cueste respirar, el reto que tengo por delante me genera ilusión a la vez que mucho respeto. Pero todo pasa cuando oyes la señal de salida, todo se convierte en alegría, fuerza, energía, y, sobretodo, reto personal de superación.
Hace un año, en febrero de 2013, corrí la media maratón de Granollers y conseguí clavar el qué hasta hace pocos días era mi mejor crono. Ahora, un año más tarde vuelvo a estar en la línea de salida de Granollers, a pocos segundos que de inicio la carrera, con nervios en las piernas y con la cabeza dando vueltas sobre cómo correr hoy. Dentro de 15 días voy a correr la maratón de las vías verdes y lo más razonable es no forzar, conservar y plantear la carrera de Granollers como un entreno, de calidad, pero un entreno. Hace 15 días pinché en la media maratón de Sitges por querer ir demasiado deprisa y a sombra de un segundo pinchazo recomienda prudencia. Y…
Pocos segundo antes de empezar la carrera cierro los ojos, recuerdo mentalmente los últimos tres años, recuerdo el primer día que me puse unas zapatillas para salir a correr, las lesiones, los entrenos en solitario, la lucha con Ella de los últimos 18 meses para alcanzar nuestra particular cima, en esos segundo comprendo que aunque quiera nunca podré salir a conservar, nunca podré salir a no forzar.
Suena la señal de salida y decido que he venido a correr, he venido a hacerlo lo mejor posible, a intentarlo hasta el final.
La media maratón de Granollers tiene un primer tramo de 11km en subida hasta la Garriga, así que si quieres hacer una buena marca hay que tratar de subir fuerte ese primer tramo aunque guardando algo para los segundos 10km que son en su mayoría en bajada. Arranca la carrera y voy muy cómodo, a ritmo constante de 4min 5seg, las piernas responden y la cabeza también. En poco más de 45min estoy cruzando la plaza que hay delante dela iglesia en la Garriga, el punto en el que acaba la subida y empieza el descenso hasta la línea de meta. Mirar el reloj y pensar que hoy es el día, que si no aparece el flato como en Sitges hoy la marca puede ser muy buena y lo mejor… las sensaciones de la carrera, piernas bastante frescas y mucho ánimo.
Empieza la bajada y como siempre mucho público que te anima, aplaude y grita tu nombre escrito en el dorsal. Está claro que esta es una carrera especial en la que los más de 10.000 corredores inscritos tenemos la suerte de contar con mucho público, mucha gente volcada animado sin parar. El ritmo al que bajo es mucho mejor que el año anterior, cerca de los 3min50seg por km, y enseguida entro en Granollers. Quedan menos de 4 km y empiezo a notar el esfuerzo, mi cabeza empieza a pensar que lo mejor no lo aguanto, que a lo mejor tendré flato, que a lo mejor tendré que parar. Son aquellos momentos, que siempre aparecen, en los que hay que vencer a la mente, recordar las horas y los km de entreno.
Los últimos km se hacen duros y largos, veo al fono el arco que señala la meta y quiero llegar pero parece que se aleja en vez de acercarse. Es un final de carrera en el que la gente te ayuda, te empuja, grita tu nombre y te hace sentir protagonista, especial por un momento.
En este momento, cuando se acerca la meta, en una carrera especial como Granollers, me acuerdo, siempre de ellos, de Adrià, de Èlia, de Queralt, mis hijos, y de Ella, mi ejemplo, mi inspiración, de su espíritu de lucha que siempre me empuja a dar un poco más.
Cruzo la meta, el reloj se para en 1h25min26seg. He batido mi mejor marca pero os confesaré que más importante que esto hoy me siento orgulloso de sentir la recompensa al esfuerzo, a la voluntad de superación. Granollers sigue siendo una carrera muy especial.
1/2 maratón Sitges: no se puede correr por encima de tus posibilidades
Hay veces en las que crees que puedes ir más rápido de lo que has entrenado, que puedes ponerte a correr y conseguir tiempos que no has merecido, que tu cuerpo podrá soportar ritmos por km más veloces de los planificados… pero no, el rendimiento en una carrera no es fruto de la casualidad, no es fruto de «vamos a ver si lo consigo» sino, al menos en mi caso, fruto del entreno, la planificación, de saber escuchar al cuerpo.
El pasado domingo 12 de enero volví a correr la la Media Maratón de Sitges, carrera en la que el año pasado conseguí bajar por primera vez de la 1h30min en una media maratón. Este año, en plena preparación del Maratón de les Vies verdes (que correré el próximo 16 de febrero) decidí no escuchar mi cuerpo y no pensar en el entreno realizado, pensé que podía ir mas deprisa así que salí con la intención de rebajar en 1 minuto mi marca del año pasado para hacer la carrera en 1h27min.
El tiempo en Sitges era ideal para la carrera, había llovido durante la noche pero el cielo estaba despejado, poco frío en la salida y sin nada de viento. Como siempre un lujo correr en Sitges, cerca del mar, por un circuito urbano en su gran mayoría y con mucho público en el centro del pueblo. La carrera arrancó muy bien, buenas sensaciones así que salí apretando (mi error de siempre). La carrera son dos vueltas a un mismo circuito, pasé la primera a un ritmo alto, demasiado, de 4min 5seg por km; pero me encontraba bien y la posibilidad de rebajar mi marca del año pasado me empujaba a seguir apretando. Pero llegó el km 12 y apareció el flato, ese terrible compañero que en mi caso me obliga a detenerme, a reiniciar la marcha a un trote muy lento. Fueron casi 3 km en los que ande más que corrí, en los que piensas en parar, en que no tiene sentido correr con dolor, en los que te lamentas por no haber corrido con cabeza, en los que maldices no haber entrenado más.
Finalmente el dolor fue desapareciendo y yo aumentando el ritmo de carrera, pasé por la curva en la que el año anterior me había emocionado al comprobar que por fin conseguiría rebajar la hora y media en una media maratón y pensé como las sensaciones pueden cambiar de forma tan radical. Pero seguí, no abandoné, completé la segunda vuelta y crucé al meta. Este año con un tiempo muy superior al previsto, 1h31min14seg, pero con un gran aprendizaje: no correr por encima de mis posibilidades.
Sitges, el año que viene volveré.
Reto 2014: IronMan
“Son las 8 de la mañana, llevo puesto un traje de neopreno, la arena de la playa está fría, mi corazón va a 1000 por hora, en breves instantes empezaré mi primer triatlón”. Todavía recuerdo esa mañana del 2 de octubre de 2011 cuando hice mi primer triatlón, fue en distancia sprint (750metros nadando, 20km en bici y 5km corriendo) en Gavà, cerca de Barcelona, fue el inicio de una afición, de una manera de entender la vida.
Desde ese día el deporte ha formado parte de mi día a día, me ha servido de válvula de escape, me ha permitido conocerme física y mentalmente, me ha ayudado en algunos momentos a seguir adelante cuando la vida parecía ir en contra.
Desde ese día he ido añadiendo distancias y retos, completando triatlones en distancia olímpica (1,5 nado, 40km bici y 10km corriendo) y 2 medio ironman (1,9 nado, 90km bici y 21,1i corriendo, Getxo y Berga); completando carreas de 10km (hasta que conseguí bajar de los 40minutos), medias maratones (consiguiendo el reto de bajar de 1h30min en Sitges y Granollers) y completar dos maratones (una de asfalto y otra de montaña). Y dentro de mi siempre había rondado una idea, un reto, algo que a la vez que me atraía, que me desafiaba, también me generaba miedo, me generaba duda… desde antes de hacer mi primer triatlón ya rondaba dentro de mi el reto de un Iron Man.
Y finalmente he decidido afrontar el reto, afrontar la aventura que significa nadar 3,8km en el mar, hacer 180km en bici y finalmente completar un maratón, afrontar el reto de correr un IronMan. El reto será dentro de unos meses, el 5 de octubre de 2014 en Calella.
Para mi se trata de un auténtico desafío, reconozco que no se hacer las cosas a medias, que necesito implicarme al 100%. Será un auténtico reto que exige, en primer lugar, preverlo con tiempo para que el impacto de los entrenos sea el mínimo posible con mi familia (ellos no han elegido hacer un IronMan y no merecen mi ausencia, tocará levantarse pronto y jugar al tetris con la agenda). En segundo lugar representa un reto físico, he corrido dos maratones pero nunca he completado 3,8km en el agua ni 180km en bici. Tocará entrenar y preparar el cuerpo para el sobreesfuerzo que este reto supone. En tercer lugar supondrá un desafío mental, se trata de muchas horas en solitario donde imagino que (como ya me sucedió en la maratón) el físico llega un momento que se acaba y es la mente la que acaba la carrera.
Me ha costado mucho tomar la decisión, quería afrontar el reto cuando pensara que estaba preparado para lo que significa, para poder combinar su entreno con mi día a día, para disfrutar todos y cada uno de los minutos de su preparación. Así que las carreras de este año (la maratón de les vies verdes en febrero, las medias de Sitges y Granollers, los half de Calella y Berga o la maratón de montaña de Barcelona) estarán enfocadas a preparar el reto del año.
Y aquí os iré contando el camino hacia el reto, reconozco que sólo el hecho de tomar la decisión ya me emociona, pensar en más de 10 meses hasta el día de la carrera me desafía. Aun tengo dudas de si a alguien al otro lado de estas letras le puede interesar, pero para mi contarlo es una parte más del desafío que esta carrera supone. Nos vemos el 5 de octubre de 2014 en Calella.
1/2 maratón Sabadell y todo a punto para Half de Berga
El pasado mes de julio completé mi primer triatlón de larga distancia, el Half de Getxo. Fue una gran experiencia y ya tenía en el calendario el siguiente: SailFish Berga. Así que este próximo domingo voy a tratar de acabar mi segundo half, 1.900 metros nadando en el pantano de la Baells, 90km en bici por las carreteras del Berguedà y una media maratón por las calles de Berga.
Han sido unas últimas semanas intensas de entreno aprovechando los últimos días de las vacaciones que han permitido hacer salidas en bici un poco más largas (como olvidar los 110km para subir a Montserrat) y poder entrenar transiciones de bici y de run. Pero uno siempre piensa que va corto de entreno… y creo que esto no cambiará nunca.
Así para cerrar el entreno el pasado domingo 8 de setiembre aprovechando las fiestas de mi ciudad, Sabadell, corrí la media maratón. La misma carrera en la que hace ahora un año traté de hacer una marca para la que no estaba preparado y que pagué con una pájara de las que hacen historia. Tenía la espina clavada y este año aun sabiendo que ni podía arriesgarme con una buena marca y poner en riesgo la carrera de la semana próxima, si quería correr fuerte y acabar con buenas sensaciones. La media de Sabadell tiene la particularidad de ser un circuito de 7km, con 3,5 en bajada y 3,5 en subida, al que hay que dar tres vueltas. No son muchos los corredores que la hacen. Estos dos hecho provocan que sea una carrera, para mi gusto, un poco incómoda por cuanto el circuito se hace repetitivo y tienes pocas referencias de gente corriendo a tu alrededor, pero no lo voy a negar, es la carrera de mi ciudad y me gusta correrla.
De esta forma el domingo a las 9 de la mañana tomé la salida con la intención de quitarme la espina del año pasado, de correr con cabeza y de forma progresiva. Y lo conseguí, la primera vuelta a ritmo suave, notando buenas sensaciones y con muchos corredores (dado que a la vez se hace la carrera popular de 7km). Después de completar la primera vuelta a 4:25 el km afronté la segunda con el recuerdo del desfallecimiento del año pasado en mi mente, pero sólo fue un pensamiento, completando la segunda vuelta con un tiempo medio de 4:20 el km. Y sólo quedaba la tercera vuelta, momento para tratar de apretar, ver como está el cuerpo después del entreno de verano. Y las sensaciones fueron buenas, cerré la tercera vuelta a 4:16 el km y pasé la meta en 1:31:57. Un tiempo lejos de mis marcas, pero mejor del que esperaba (por mucho entreno que haga en verano me cuesta mantener los ritmos de velocidad del invierno, y más este año en el que ha habido mucho entreno de montaña), sensaciones muy buenas y entreno completado.
Y ahora sólo queda esperar, hacer los últimos largos en la piscina pensando (inútilmente) que me permitirá mejorar un poco mi deficiente estilo de natación. Esperar con ilusión el domingo, esperar con ganas el reto, esperar a poder completar una prueba que el año pasado no pude completar, no puede tomar la salida, las prioridades en casa eran otras. Y este año espero poder cruzar la meta con la sensación de haber completado un nuevo reto personal.
Nos vemos el domingo en el Sailfish en Berga.
Mi primera vez… relevos en Extreme-Man Salou
4 horas y 50 minutos 13 segundos fue el tiempo que empleamos Branko, Ivan y yo para completar por relevos el Extreme Man Salou, un triatlón de larga distancia. Nuestra primera vez.
Junto a los más de 1.000 corredores que hacían el triatlón completo, éramos 33 equipos que lo hacíamos por relevos. En nuestro caso Branko nadó 1900 metros, Iván recorrió 90km en bici y yo acabé corriendo una media maratón. Fue toda una experiencia aunque acabé con un sentimiento agridulce. Como equipo conseguimos alcanzar la octava posición sobre 33 equipos participantes, todo un éxito. A nivel individual no fui capaz de acercarme a mis mejores marcas en media maratón acabando con muy mal sabor de boca.
Lo cierto es que la experiencia de correr un triatlón por relevos es muy distinta a cualquier otra carrera que haya corrido hasta hoy. En primer lugar la mayoría de los participantes del Extreme-man Salou hacían el triatlón completo de forma que cuando salí a correr ninguno de ellos me servía de referencia, estaban mucho más cansados y me pasé la mayor parte de la carrera adelantando (no es un mérito, ellos hacía más de 3 horas que competían, yo estaba fresco). En segundo lugar están los nervios y el sobre calentamiento. El nadador empieza la carrera junto al resto de atletas y a partir de aquí cuando acaba su parte de la carrera le pasa el testigo al siguiente. Esto implica que en mi caso no sabía a que hora me tocaba salir, tenía que esperar que llegara el ciclista. Esto hace que te pongas a calentar un rato antes y, como acabó pasando, esté casi 30 minutos calentando y al final muy nervioso cuando finalmente llega.
Y mi parte de los relevos la verdad es que no fue muy buena. Salí a fondo, a tope, imagino que los nervios de esperar me jugaron una mala pasada. Salí a 3’50’’ el km, demasiado rápido, pensando que podría hacer una buena marca (esto es lo que pasa cuando mientras esperas hablas con el resto de corredores y resulta que hay uno con el record de maratón de Tarragona en 2h31min y la mayoría con marcas de 1h13min de media maratón). A los 5 km de haber empezado, ya con el ritmo un poco más tranquilo me tope con una cuesta de 500 metros (para que os hagáis una idea muchos de los que hacían el triatlón completo la subían andando) y eso me rompió. Sumado a que hacía mucho sol y calor (y yo soy animal de carreras con frio y no con calor) me provocó un flato ya en el km 7. Y tocó luchar, tocó repetirse a uno mismo que podía acabar, que tenía dos compañeros que lo habían dado todo antes que yo y no podía abandonar. Pasé por el km 10 y vi a Branko, y le dije que no estaba nada bien, que no podía apretar el ritmo. Corrió a mi lado 200 o 300 metros, me dio ánimos, me tranquilicé y apreté. Para entonces ya era imposible hacer una buena marca, pero tenía la oportunidad de tratar de mantener la posición con la que habíamos salido después del relevo de la bici: sólo me quedaba adelantar a un corredor y nuestro equipo quedaría en octava posición. Cada vez que me apretaba e intentaba correr por debajo de los 4’15’’ el km sentía pinchazos en el costado.
Recuerdo unos últimos 5 quilómetros duros, mucho calor, nuevamente la cuesta de 500metros (eran dos vueltas a un circuito de 10,5km’s), y a 1km del final vi al corredor del equipo que nos precedía, un esprint y le adelanté, quedaban sólo 200 metros y allí estaban Branko e Ivan esperándome a 50 metros de la meta. Llegamos los 3 juntos, éramos finishers. Al final hice la media maratón en 1h y 33 minutos, con la marca 15 sobre un total de 33 participantes.
Salí demasiado deprisa, no dosifiqué mi esfuerzo, pensé que volver a hacer menos de una hora y media no me costaría demasiado, subestimé lo que significa correr, lo que significa sufrir y me llevé una buena lección. Aunque también me quedo con la parte alegre de la historia: corrí con dos grandes compañeros, hicimos un trabajo en equipo. Fue nuestra primera vez.
Nuevo reto: medio IronMan de Berga
Después de una primera parte de la temporada orientado en preparar mi primera maratón (que ha incluido la media de Sitges y la media de Granollers) tocaba poner retos para la segunda parte de la temporada. Me apetecía mucho volver al triatlón, volver a los entrenos cruzados (natación, bici y correr). Después de haber realizado en las dos últimas temporadas triatlones de distancia sprint (750m agua / 20km bici / 5km correr) y de distancia olímpica (1500m / 40km / 10km) me apetecía subir un poco el reto así que la decisión parecía clara: un Medio IronMan.
Así que el próximo 15 de setiembre me estrenaré en esta distancia en el Half Triatló Berga. Se trata de una competición con 1.900metros de nado (que se hace en el pantano de la Baells), 90km de bici por las carreteras del Berguedà y una media maratón (21.097m) dentro de la ciudad de Berga. Se considera una prueba exigente con un desnivel importante tanto en el circuito de bici como en la media maratón, pero en mi caso me gustan mucho más las pruebas que incluyen un circuito que no sea totalmente llano. Se trata de una prueba especial para mi. El año pasado ya estaba inscrito y por motivos personales decidí no correrla; no me arrepiento en absoluto, pero este año quiero estar en la línea de salida.
Y claro preparar una prueba así requiere un buen entreno que plantea varios retos:
- Natación: en mi caso es el peaje para hacer triatlones; no se me da bien, le meto horas y trato de entrenar la técnica, pero está claro que me cuesta mucho evolucionar con esta disciplina. 1.900m en el agua en mi caso serán entre 45 y 50 minutos, un peaje muy alto que provocará que cuando salga del agua ya queden pocas bicis en la zona de transición a la que poder seguir.
- 3 disciplinas: exige planear tres entrenos en uno, planificando un entreno especifico para cada uno de las tres especialidades pero que de forma necesaria tiene que combinarse. Cuando uno preparar una sola disciplina puede dedicarle mucho entreno, mucha dedicación. Cuando toca preparar tres a la vez… buff se complica.
- Tiempo de entreno: cuando uno es amateur aunque practique deporte por pasión tiene un tiempo limitado; los entrenos de natación y de running requieren menos tiempo y son más fácilmente adaptables (por la noche, a primera hora de la mañana…), pero el ciclismo exige más horas y eso supondrá un reto importante (más cuando no me planteo dedicar muchas horas los fines de semana… esas horas son para la familia).
- Marca: como siempre soy incapaz de plantearme una carrera sin ponerle una marca objetivo, y mi espíritu competitivo acaba poniendo marcas objetivo para la que tocará trabajar duro. 5horas 30minutos serían una marca con la que me sentiría muy satisfecho
De camino a Berga creo que haré pocas carreras, focalizaré el tiempo disponible en entrenos. Lo que seguro haré será un Half IronMan por relevos en Salou el próximo 5 de mayo. Junto a dos cracks, Branko Piedra, finisher de Iron Man y culpable de mi entrada en el mundo del triatlon, empezará nadando 1.900m; Ivan Monzon, rodará los 90km de bici y a mi me han dejado la 1/2 maratón. Un buen entreno.
Así que arrancan 24 semanas de entreno, planificadas con 5-6 sesiones por semana, que irán incrementando de volumen a medida que pasen los días para poder hacer con garantías esta nueva meta, ser finisher de un Half Iron Man. Os iré contando…